sábado, 5 de julio de 2014

SARA MONTIEL ( La Sara de España ). FUMANDO ESPERO




Querida Sara:

Tu seguías fumando, te fumabas la vida, no solo la tuya, sino la de los que te admirábamos como la gran diva de España que eras.

Fumar es un placer como dice, un paraiso como un edén, una pasión encendida, pero no me quiero poner en plan último cuplé: nos dicen que ese horrible vicio ha matado a tanta gente, que no puedes entender que te mataba lentamente.

Tus pulmones sin saberlo se deshacían, como hollín negro de una chimenea, como si días y noches con tu puro dijeras amorosamente a la Muerte: ven a verme pronto,...ven a verme,...a ritmo de cuplé.

Ya sé que tenías una excusa: "me gusta tanto fumar que no lo puedo dejar". Si un poco de amor en ti misma hubiera puesto, lo hubieras logrado.

No solo así acababas antes con ti vida, sino con la de los que te admirábamos como la gran diva y las geniales canciones que nos cantabas tan llenas de ternura. Viéndote fumar tan sensualmente, nos despertabas más las ganas para el amor y para saborear tanto tus labios como el puro.

Ya sé que te fumabas la vida, e igual te la bebías, que eso era placer, pero no pienses que yo te hubiera prohibido fumar o beber. ¡Es que el cáncer de pulmón es terrible, Sarita de España!, y eso no lo hubiera deseado para ti.


Espérame, pero por favor, si es por mí, no necesariamente fumando,...pero espérame como gustes con o sin puro. Lo importante es que seas feliz, te sientas bien enamorada, y si eso lo consigues fumando, no te lo reprocho, ni mucho menos te lo prohíbo. 



Sara Montiel "Fumando Espero"



( NO APTO PARA NO FUMADORES Y REPRESORES PARTIDARIOS DE LA PROHIBICIÓN DE FUMAR)


Fumar es un placer
genial, sensual.

Fumando espero
al hombre a quien yo quiero,
tras los cristales
de alegres ventanales.

Y mientras fumo,
mi vida no consumo
porque flotando el humo
me suelo adormecer...

Tendida en la chaisse longue
fumar y amar...

Ver a mi amante
solícito y galante,
sentir sus labios
besar con besos sabios,
y el devaneo
sentir con más deseos
cuando sus ojos veo,
sedientos de pasión.

Por eso estando mi bien
es mi fumar un edén.

Dame el humo de tu boca.
Anda, que así me vuelvo loca.

Corre que quiero enloquecer
de placer,
sintiendo ese calor
del humo embriagador
que acaba por prender
la llama ardiente del amor.